CALA GALDANA - CALA EMPORTER
“Decidido, somos blancanieves y las dos enanitas”
Tras una noche de dormir poco, muy pegadas en la misma cama y tratando de digerir la hamburguesa de sobrasada, nos despertamos con la ilusión característica de tener desayuno con buffet! Dos horas de desayuno más tarde y bocadillos hasta de tortilla con queso y tomate, empezamos la ruta a las 11.00; no entendemos todavía cómo han pasado 3 horas y media desde que nos despertamos…
Nos despedimos del pueblo, atentas a las casas tan bonitas que nos acompañan en el primer tramo de ruta, y empezamos a coger ritmo!
Intuíamos ya, en la etapa anterior que este Camí de Cavalls contaba con muchas escaleras con una altura entre escalones hecha patilargos. Tras quince minutos del inicio de camino de este tramo, nos reafirmamos en nuestra suposición, y por tanto, Bea transita tan campante por este camino con sus piernas kilométricas, mientras Olatz y Ju van dando saltos cual canguros para trepar estos escalones infinitos.
Menos mal que íbamos preparadas y que contra todo pronóstico, nuestra querida Olatz nos reocrdó rebozarnos en Reflex antes de salir, al grito de "Mejor prevenir que curar".
Esta Isla es una sorpresa continua! :) Menorca nos sorprende con una ruta distinta, en la que dejamos atrás los acantilados y las playas turquesa para adentrarnos en senderos poblados de melocotoneros, higueras, limoneros y como no, montones de las características puertas que te van acompañando y que trazan el cami de Cavalls.
Para amenizar el camino, que, como consecuencia de haber salido prácticamente a medio día, el calor aprieta durante todo el tramo, Bea localiza un melocotonero con una pinta irresistible y consigue un melocotón menorquín para cada una, que disfrutamos como niñas pequeñas. Mil gracias amiga por no dudar en saltar para cogerlos y por cederme el madurito for me! :)
Llegamos al apartamento y allí nos esperaba aquello que Bea llevaba añorando desde que iniciamos nuestra aventura... LA LAVADORA! Metimos toda nuestra ropa maloliente mientras preparábamos la ropa de la playa, nos vestiamos de personas normales, y por supuesto, despues de bajar un millón de escalones más, llegamos a Cala Galdana, donde nos tumbamos cual largartijas al sol, después de un baño fresquito, y compartimos juntas unos autodefinidos, a la par que Olatz conseguía hacerse con un trocito de sombra de la sombrilla del vecino (desde luego, que, llevar 4 días caminando, está consiguiendo asalvajarnos del todo).
Pusimos rumbo a "la roca de al lado de la Cova d'en Xoroi" y tras un par de vueltas y de ser el centro de atención de quienes hacían cola para entrar en este bar por llevar todo nuestro picnic + manta para el picnic improvisada; conseguimos instalarnos y disfrutar de una cenita gourmet con atardecer incluido inolvidable :)
Como cierre del día, probamos nuestra botellita de pomada menorquina, mientras escuchábamos un concierto de música en directo en la calle de debajo de nuestra casita, mientras compartíamos inquietudes y anécdotas variadas.Sin duda, una etapa más que hace de este camino un plan único.Con una sonrisa de oreja a oreja, y algo animadas por la pomadita menorquina, nos acostamos entre risas para seguir dándolo todo mañana!
Buenas nochess!